Resumen de Pulgarcito
Una pareja de campesinos deseaban con todas sus fuerzas tener un hijo. Estaban muy tristes porque no había niños en su hogar, no había bulla, no había risas.
Decían que sí por lo menos tuviesen uno aunque sea del tamaño de un pulgar, lo cuidarían y amarían y serían muy felices. Y así sucedió, se les cumplió el deseo al piel de la letra y les nació un niño muy bien formado pero del tamaño de casi un pulgar. Y lo amaron y quisieron mucho. Le daban mucha comida en el afán de que se desarrollara más pero quedó en el mismo tamaño que nació, sin embargo era muy vivaz y muy inteligente.
Un día, cuando se iba a cortar leña al bosque su padre dijo en voz baja: - Ojalá tuviera alguien que pudiera conducir la carreta. Pulgarcito se apresuró a contestar que el lo haría posible y que solo lo colocara en una de las orejas del caballo. Así se hizo y Pulgarcito desde allí dio ordenes precisas y dirigió al caballo hasta su destino. En el camino dos extraños se admiraron de que la carreta avanzara de forma tan precisa sin ningún conductor y se aprestaron a seguir hasta el final. Cuando llegaron vieron totalmente sorprendido como el papá de Pulgarcito sacaba de la oreja a Pulgarcito, y se dijeron entre sí que harían un gran negocio mostrándolo al mundo. Entonces ofrecieron comprarlo y el padre no quiso, pero Pulgarcito insistió en que lo haga, prometiendo escaparse en el camino.
Se lo llevaron entonces pagando una buena cantidad de dinero. Y tan pronto pudo el pequeño y astuto hombrecito pidió que lo dejaran orinar en la yerba, a lo que accedieron después de negarse. Apenas estuvo en tierra Pulgarcito se metió a la madriguera de un ratón y nada pudieron hacer sus compradores por sacarlo de allí. Se fueron estos porque ya era de noche y no tenían esperanza de encontrarlo. Pulgarcito se puso a buen resguardo hasta que escuchó de dos ladrones por allí que querían robarle a un cura. Pulgarcito se les acercó y ofreció ayudarlos con la intención de que lo lleven a un lugar más seguro.
Cuando llegaron Pulgarcito hizo de todo para llamar la atención de los que vivían en la iglesia , y logró despertar a la cocinera que logró espantar a los ladrones. Ya cuando se fueron los ladrones y la cocinera, Pulgarcito se fue a dormir en el granero, en un montón de pajas.
A la mañana siguiente la cocinera fue a llevar paja para las vacas que iba a ordeñar. Cogió una buena cantidad, justo en donde estaba Pulgarcito, que recién se dio cuenta cuando la vaca se lo tragó de un solo bocado y llegó a su panza. El pequeño comenzó a gritar y la cocinera llamó al cura muy asustada, quien, pensando que eran cosas del diablo mandó matar a la vaca, botando el estómago de esta donde estaba pulgarcito a la basura. Pasó un lobo por allí que se tragó de un solo bocado el estómago de la vaca con Pulgarcito dentro. Pulgarcito al verse en un nuevo aprieto desde su panza le prometió llevarlo a un lugar donde abundaba la comida. Este le refirió como llegar. Cuando llegaron vio todo lo que Pulgarcito le había detallado, pues era su propio hogar. El lobo comió cuanto pudo, y Pulgarcito luego empezó a gritar tan fuerte que despertó a sus papás que mataron al lobo luego de reconocer la voz de su querido hijo. Abrieron la panza del animal y lo sacaron y se prometieron nunca más separarse ni por todo el oro del mundo.
Decían que sí por lo menos tuviesen uno aunque sea del tamaño de un pulgar, lo cuidarían y amarían y serían muy felices. Y así sucedió, se les cumplió el deseo al piel de la letra y les nació un niño muy bien formado pero del tamaño de casi un pulgar. Y lo amaron y quisieron mucho. Le daban mucha comida en el afán de que se desarrollara más pero quedó en el mismo tamaño que nació, sin embargo era muy vivaz y muy inteligente.
Un día, cuando se iba a cortar leña al bosque su padre dijo en voz baja: - Ojalá tuviera alguien que pudiera conducir la carreta. Pulgarcito se apresuró a contestar que el lo haría posible y que solo lo colocara en una de las orejas del caballo. Así se hizo y Pulgarcito desde allí dio ordenes precisas y dirigió al caballo hasta su destino. En el camino dos extraños se admiraron de que la carreta avanzara de forma tan precisa sin ningún conductor y se aprestaron a seguir hasta el final. Cuando llegaron vieron totalmente sorprendido como el papá de Pulgarcito sacaba de la oreja a Pulgarcito, y se dijeron entre sí que harían un gran negocio mostrándolo al mundo. Entonces ofrecieron comprarlo y el padre no quiso, pero Pulgarcito insistió en que lo haga, prometiendo escaparse en el camino.
Se lo llevaron entonces pagando una buena cantidad de dinero. Y tan pronto pudo el pequeño y astuto hombrecito pidió que lo dejaran orinar en la yerba, a lo que accedieron después de negarse. Apenas estuvo en tierra Pulgarcito se metió a la madriguera de un ratón y nada pudieron hacer sus compradores por sacarlo de allí. Se fueron estos porque ya era de noche y no tenían esperanza de encontrarlo. Pulgarcito se puso a buen resguardo hasta que escuchó de dos ladrones por allí que querían robarle a un cura. Pulgarcito se les acercó y ofreció ayudarlos con la intención de que lo lleven a un lugar más seguro.
Cuando llegaron Pulgarcito hizo de todo para llamar la atención de los que vivían en la iglesia , y logró despertar a la cocinera que logró espantar a los ladrones. Ya cuando se fueron los ladrones y la cocinera, Pulgarcito se fue a dormir en el granero, en un montón de pajas.
A la mañana siguiente la cocinera fue a llevar paja para las vacas que iba a ordeñar. Cogió una buena cantidad, justo en donde estaba Pulgarcito, que recién se dio cuenta cuando la vaca se lo tragó de un solo bocado y llegó a su panza. El pequeño comenzó a gritar y la cocinera llamó al cura muy asustada, quien, pensando que eran cosas del diablo mandó matar a la vaca, botando el estómago de esta donde estaba pulgarcito a la basura. Pasó un lobo por allí que se tragó de un solo bocado el estómago de la vaca con Pulgarcito dentro. Pulgarcito al verse en un nuevo aprieto desde su panza le prometió llevarlo a un lugar donde abundaba la comida. Este le refirió como llegar. Cuando llegaron vio todo lo que Pulgarcito le había detallado, pues era su propio hogar. El lobo comió cuanto pudo, y Pulgarcito luego empezó a gritar tan fuerte que despertó a sus papás que mataron al lobo luego de reconocer la voz de su querido hijo. Abrieron la panza del animal y lo sacaron y se prometieron nunca más separarse ni por todo el oro del mundo.