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04 abril 2013

RESUMEN DE LA SIRENITA DE HANS CHRISTIAN ANDERSEN

Resumen de La Sirenita de Hans Christian Andersen

El Rey de los Mares, era un anciano tritón, que tenía unas hijas muy bellas que eran sirenas. La más pequeña y graciosa iba a cumplir quince años, le llamaban Sirenita. El Rey y sus hijas vivían en un hermoso castillo de coral en las profundidades del Mar muy felices.

La bella princesa era muy querida y disfrutaba de sus días en su bello castillo, pero había algo que le inquietaba. Era salir a la superficie a conocer ese mundo de los hombres del que le habían platicado sus hermanas. Esperaba con ansias sus quince años porque a esa edad tendría el permiso para poder ver más allá de sus dominios. Cuando llegó el día de sus quince años, su papá le dio el permiso de salir de su Mar pero le advirtió que ese no era su mundo y que baje rápido a fin de evitarse problemas.

Entonces salió, feliz, y observaba todo cuando aparecía ante sus ojos. De pronto vio una nave en el que celebraban el cumpleaños del joven capitán del barco, un joven muy hermoso que encandiló a la bella sirenita que lo observaba escondida en una roca. De pronto surgió una tormenta y la nave se hundió. La Sirenita buscó al joven, lo llevo a la orilla y esperó que despierte, pero tuvo que esconderse pues venían más personas. Una bella joven fue la primera que el joven capitán vio y por eso pensó que había sido ella quien lo había salvado y se lo agradeció. La Sirenita se quedó muy triste pero se consoló al saber que estaría a salvo. Así bajó nuevamente con un dolor en su pecho, alegre y triste a la vez. Contó lo que había pasado pero sentía una gran tristeza que no le dejó continuar con su relato y se encerró en su habitación a llorar porque había encontrado y perdido a su príncipe.

La Sirenita entonces visitó a la Hechicera de los Abismos y le pidió ayuda. La bruja le ofreció hacerla humana y transformar su cola de pez en unas piernas muy bellas, pero a cambio entregaría su hermosa y prodigiosa voz. También le advirtió que cada paso que daría con sus nuevas piernas lo haría con mucho dolor, y además si otra mujer lograba casarse con él, ella se convertirían en espuma y desaparecería en el mar. La joven sirena se arriesgó y fue en busca de su amado, su cola de pez se transformó con mucho dolor y cuando despertó, lo hizo en los brazos del joven que ella antes había salvado. Estaba tan feliz, pero no le pudo hablar, estaba muda para siempre, sin esa voz preciosa con la que ella había arrullado el profundo sueño del náufrago cuando lo salvó.  Soportaba el dolor de sus piernas con el consuelo de estar con él; pues él la llevó a su Palacio a vivir allí,  y ella participaba de todo lo que acontecía allí acompañada del príncipe que amaba en silencio. Sin embargo, el corazón del príncipe estaba enamorado de la joven dama que vio cuando despertó después de que la Sirenita lo salvara y que se fue luego de pocos días del incidente a su país y que él siempre recordaba.

Pasó el tiempo y esta joven dama volvió, fueron a recibirle ella y el príncipe y organizaron un paseo en altamar, el joven la pidió para esposa y se casarían allí, eso dejó a la Sirenita sin esperanzas. Estaba dispuesta a desaparecer, se subió a la cubierta e iba  a entregarse a las aguas. Pero escuchó la voz de sus hermanas diciéndole que podía salvarse si mataba al joven príncipe. Fue a la alcoba de los esposos y no fue capaz de matarlo, se despidió con un suave y rápido beso y se fue a morir. Cuando iba a lanzarse sintió que una luz la arrancaba hacia el cielo; eran las hadas del cielo que la llevaron con ellas, porque había hecho muy  buenas acciones en la tierra. Entonces decidió irse con las hadas a seguir haciendo el bien, pero antes viendo a los recién casados que observaban una espuma juguetona en la cubierta, bajó de manera invisible al lado de la esposa y le sonrió a su amado y se fue resignada con las hijas del viento.